Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

miércoles, 17 de enero de 2024


Querida comunidad del Santuario de Santa Eulalia de Vilapicina:         

Un año más estamos aquí, para poder visitaros como es habitual en este dia tan especial para todos. Hemos hecho un largo camino, desde nuestros distintos lugares de origen, cada uno de nosotros viene de una parte del mundo y hemos atravesado muchos lugares en que las personas están sufriendo mucho, ya hace unos años que vemos que hay pocos lugares en que se respire la calma y la felicidad que esperamos encontrar cuando iniciamos nuestros caminos. De hecho, poco ha cambiado en ese aspecto respecto a aquel primer viaje ya hace más de 2000 años. Y lo que ha ido cambiando no siempre ha sido a mejor.
En esta ocasión hemos tenido que atravesar muchos países en guerra, lugares en los que cada día mueren personas, niñas, niños, … no lo podemos entender, de hecho, este año no podemos pasar por Belen. Nosotros cada año pasamos por el lugar donde todo se inició, en aquel pequeño pesebre de aquel pequeño pueblo de Nazaret, Belén, donde conocimos a Jesús y dejamos nuestras ofrendas de oro, incienso y mirra, pues este año no es posible. 
Nos escribió un buen amigo, el pastor de la iglesia luterana y nos dijo literalmente: “Estamos enojados. Estamos rotos. Éste debía haber sido un momento de alegría, sin embargo, estamos de luto. Tenemos miedo” y ante la pregunta de que pensaba que podíamos hacer nos dejo claro que lo mejor era no pasar por Belén, porque hoy allí solo hay dolor y Jesús está presente al lado de cada persona que sufre y en cada familia que padece el terror de la guerra, y seguro que Él lo que desea es que todo el mundo conozca el dolor que allí se vive y trabaje a fondo por la paz, de hecho, nos recordó que “PARA LA GUERRA NADA”.
Así que después de pensarlo iniciamos nuestros caminos y como vosotros hemos ido reflexionando qué hacer para no participar de ninguna forma en la guerra y en esforzarnos por CONSTRUIR CAMINOS DE PAZ, de manera que seamos portadores de paz en nuestras casas, lugares de trabajo, nuestras comunidades, … PARA LA GUERRA NADA, ni hoy ni nunca podemos dejar de ser portadores de paz en cada lugar donde estemos.
Sabeis que la tradición dice que la primera vez que viajamos nuestra ofrenda fue oro, incienso y mirra, durante años, creemos que siempre hemos seguido dejando en cada lugar que visitamos esas ofrendas para recordar la divinidad, la humanidad y la realeza de cada persona, ojalá con ello pudiéramos conseguir que cada persona vea en las otras lo mismo que nosotros vemos en cada una de las que conocemos, esa dignidad que tenemos simplemente por el hecho de existir, nada ni nadie nos la puede negar y así debemos recordarlo siempre.
Hoy además de esos tres presentes hemos pensado que debíamos traer algunos elementos para ayudar en el compromiso de trabajar por la paz, así os dejamos: escucha, tolerancia, coherencia, respeto, responsabilidad, justicia, … no podemos dejar que después de todo el trabajo que habéis hecho de reflexión os sintáis sin la fuerza para trabajar por la paz incansablemente, como hay tantas personas que dedican el tiempo a ello. 
Jesús sigue en cada rincón del mundo siendo la posibilidad de transformación para toda persona que así lo desee y con ella, la de su entorno y el mundo.
NO podemos perder la esperanza, nos decía un gran amigo, Arcadi Oliveres, y hoy os lo decimos de corazón, sabemos que la situación es difícil y parece que no pueda mejorar pero hemos de vivir confiando y esperando profundamente que si todas y todos ponemos todo aquello que podemos para lograrlo el mundo puede vivir en la paz y la justicia deseada. Así que no olvidéis que PARA LA GUERRA NADA.
Querida comunidad este encargo es para todos, para toda persona de buena voluntad, desde nosotros que venimos de lugares lejanos y marcharemos de aquí a un rato a continuar nuestra tarea en nuestros lugares de origen y también a cada una de vosotras, aquí en vuestra pequeña Galilea, el mundo necesita de todas para saber que la paz es el gran don y que hay que cuidarla cada día.
¡¡¡¡NOS VEMOS EL PRÓXIMO AÑO!!!! confiemos que con más calma y bienestar para todas y todos.


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