Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

sábado, 17 de agosto de 2019


REIR MÁS




Esta mañana después de una conversación de esas que te deja con la sensación de que no puedes hacer nada pero a la vez con la de saber que es necesario apoyar y sostener al otro, de repente, en el móvil me ha aparecido esta imagen.

Sí, una imagen no común, pocas veces nos imaginamos a Jesús riendo, y mucho menos si pensamos en él como Dios, ¿como va a reír?

De repente me he encontrado pensando si esa dificultad en imaginarle riendo tiene que ver más con nuestro respeto y falta de conciencia de su humanidad, o quizás en pensar que reír es algo banal, que quita seriedad a lo que uno vive. Ambos motivos me parecen poco argumentables.

Estoy segura que Jesús caminó por su tierra: Nazaret, Galilea,... con esa bella sonrisa y qu en más de una ocasión soltó una profunda carcajada de esas que muestran lo mejor de uno y da la oportunidad de oxigenar la vida propia y ajena. De esas que resuenan en lo más profundo.

Me sorprende la de veces que alabamos la alegría y sin embargo, banalizamos el reír, el estar contento, el utilizar el humor para superar determinadas situaciones, para distensionar o para unir personas, crear vínculos,…. Tantas cosas que sin risa serían mucho más dificultosas.

Si viviéramos con mayor profundidad y fidelidad a nosotros mismos seguramente, reiríamos más, incluso ante la dureza de la vida, porque en el fondo, la vida merece la pena y vivirla desde la autenticidad y la sencillez de ser uno mismo, es sobretodo motivo de alegría y de más carcajadas ante lo que uno tiene delante.

Aclaro porque si no seguro que se malinterpreta, que la seriedad y la profundidad son ingredientes del compromiso y la autenticidad y no sólo no están reñidos con la alegría sino que forman parte del mismo pack, aquel que nos hace vivir felices ante todo y nos posibilita esa vida en común desde otro lugar.

Jesús fue fiel a si mismo, a lo que vivió y a cómo lo vivió, por tanto, debió reírse en más de una ocasión con total tranquilidad y ante la sorpresa de muchos, pero consciente de que la vida está para vivirse y, de la mejor forma posible.

Llenemos el mundo de carcajadas, de momentos de profunda alegría, de motivos para dejar atrás lo no tan bueno para que sea posible realizar fotos como esta cada día allí donde nos encontremos.