Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

domingo, 22 de marzo de 2020


SILENCIO NUEVA OPORTUNIDAD




Son muchos los posts que nos llegan por la via que sea: whatsapp, facebook, instagram... noticias, comentarios, textos, música... infinidad de información o distracción, es de agradecer como la mayoría de nosotros estamos confinados en casa y podemos dedicar tiempo a dejar salir nuestros sentimientos a través de las redes, nos distraen o nos preocupan, dependiendo del contenido pero eso no deja de ser un signo más de lo que nos sucede a nosotros, que también tenemos momentos de todo.
De repente entra un mensaje del trabajo y veo que todas las redes tienen más mensajes no leídos, me doy cuenta de que ¡es demasiado! Todo junto, sin orden,  sin prioridades…
No me molestan, lo cierto es que como tengo silenciados los grupos y ningún notificación de redes activada accedo cuando puedo o quiero, pero aún así estos días es mucho, se agradece porque al haber de todo nos acompañamos en este sentirnos tan distintos.
Sin embargo, me sorprendo pensando en el silencio, no sólo el exterior y el propio, sino el de todo esto. Es la gran oportunidad de esta situación dramática,  dediquemos tiempo a estar con nosotras mismas, sí, a callar y escucharnos sólo a nosotros, es un regalo tener esta oportunidad de conocernos, de cuidarnos a nosotros y ver hacia donde queremos ir y por que no, y de manera especial quién quiero ser cuando todo esto acabe, qué he de priorizar para serlo, cómo lo haré, cómo empiezo….
Y esto lo escribo en un blog, curioso porque no deja de ser una red social, lo hago el domingo después de una semana confinada en casa y el día antes de iniciar guardia en el trabajo, así que reflexionado y con cierto miedo…

martes, 17 de marzo de 2020

En casa, de regalo



Hace unos días que pienso en lo contradictorios que somos las personas, sí, yo la primera, si hace un par de meses alguien me hubiera dicho que me podia quedar en casa sin más, me hubiera encantado la idea, incluso hubiera hecho una lista con todo lo que podría hacer... no se me hubiera pasado por la cabeza pensar en que me iba a aburrir, agobiar... lo que fuera.

Pero de repente, aquí estamos nos han pedido y por nuestro bien que no salgamos a la calle más que por lo imprescindible y si lo hacemos lo hagamos protegidos también por nuestro bien y el de los demás.

Y ¿cual es la sorpresa? pues que nadie está contento, ahora resulta que todos quieren ir a la oficina, o al colegio, ... los que deseaban más tiempo para estar con sus hijos e hijas ahora no saben que hacer con ellos, ... nos han colapsado el telefono con ideas mil para hacer: música, teatro, cine, libros... todo para que estemos entretenidos...

Y me pregunto ¿podemos estar sin hacer nada un rato? 

Quizás este periodo, no sabemos cuánto, sería bueno dedicarlo a estar con nosotros, a cerrar la puerta y poder mirarnos hacia dentro, contemplarnos a nosotras mismas y ver todo el potencial que estamos perdiendo, o no, mientras simplemente hacemos y hacemos.

Siento que este periodo puede ser un regalo para cada persona si sabemos cómo aprovecharlo. 

El día es largo, podemos hacer teletrabajo (los que podemos), leer, ver la tele, jugar, dibujar, estudiar, ... pero también dediquemos un rato a nosotras mismas, a cuidarnos, a escucharnos, a sentirnos,... para cuando podamos regresar a nuestro día a día, hacerlo con un nuevo sentido y, si ha de ser, con los cambios o no que hayamos decidido.

Más allá del miedo a la situación, vivamos este tiempo como una oportunidad para retomar nuestro ser y permitirnoslo.

lunes, 9 de marzo de 2020

¿Puede ser?


Acabo de ver un anuncio, parecía que sería algo interesante y novedoso, quizás algo que podría colaborar a educar desde la luz, la confianza, la esperanza, incluso cuando ya tenemos criterios establecidos.
Un padre habla con su hija, ella le pregunta ¿Porqué lloran las nubes? 
Las nubes no lloran, responde el padre con ternura, son sentimientos.
¿Y que son sentimientos? añade ella.
Como la alegría, dice él.
¿Y de donde sale la alegría?, pregunta ella con cara de interés.
De algo... y el padre saca de su bolsillo un huevo kinder...
Aquí me arrepiento de haber esperado algo distinto, total era un anuncio... ¿qué esperaba?
La pregunta es si somos conscientes de donde sale la alegría, qué es lo que nos provoca ese sentimiento tan profundo que nos hace ver la vida con un cristal o con otro. 
O simplemente, pensamos que la alegría está en un huevo kinder, o en cualquier otra cosa material y fungible que simplemente nos permite disfrutar un ratito pero ¿y después?
Hace muchos años alguien me preguntó de ¿donde sale tu alegría? ¿siempre estás alegre? ¿siempre estàs contenta? 
No siempre estoy contenta, porque hay muchas cosas, situaciones durante el día que me impiden estar contenta, sin embargo, hay pocas cosas que me quiten la alegría, la profunda, ya que esta viene de saberme amada en profundidad, de saberme aceptada en lo que soy y como soy.
Estoy convencida que muchas personas somos conscientes de que la alegría no sale de un huevo kinder, pero no sé si tantas podemos decir de donde viene nuestra alegría o quizás sí pero no lo compartimos.