Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

jueves, 29 de octubre de 2015



SONRÍA, ES GRATIS



Seguro que todos nos habremos fijado en algún momento en los músicos que tocan en el metro, a veces porque suenan bien, porque es música adecuada para el momento que pasamos o porque la canción que en aquel momento cantan nos traslada a un tiempo y a un lugar y nos lleva a sentir de nuevo algo que habíamos vivido… o todo lo contrario.

Pues bien, el otro día, al anochecer, cuando me dirigía a una reunión pensando en cómo se alargan algunos días, que parece que no se terminen, de repente, al pasar ante un chico que tocaba, no me fijé ni en si lo hacía bien, ni tan siquiera en lo que sonaba, vi un cartel grande sobre la funda de la guitarra, allá donde se echan las monedas, que llamó mi atención: «Sonríe, es gratis».

Me hizo sonreír y sin parar de caminar, oí un «¡gracias!». Entonces me volví y nos sonreímos los dos. Evidentemente, a partir de aquel momento el camino fue más agradable por este detalle y quiero pensar que para él también fue una agradable sensación.

Son muchas las frases que se dedican a la sonrisa y a cómo nos cambia el estado de ánimo, nos facilita las conversaciones, nos carga las pilas… Recuerdo algunas: «Una sonrisa no cuesta nada, pero vale mucho». «La sonrisa es la mejor receta para caminar feliz por la vida». O «la sonrisa es más barata que la luz e ilumina más». Podríamos añadir muchos otros dichos que la sabiduría popular nos aporta al respecto.

El hecho de que alguien que pone su música, su talento a disposición de los que viajamos en transporte público no sólo espere que le dejes algunas monedas, sino que con un cartel como este sea capaz de hacerte sonreír, nos recuerda la importancia de ir por la vida con una actitud agradecida y generosa.

Algunos días, cuando por la mañana sales de casa y te vas cruzando con personas que ponen cara larga, pocas veces ves sonrisas. Lo que te llega del otro es que tiene prisa y me atrevería a decir que no va muy contento al lugar donde debe ir, aunque seguro que no siempre es así. Hemos de mirarnos al espejo y sonreír, para recordar lo bonito que es vivir, poder compartir el espacio con otras personas y sentir que tenemos todo un día por delante para poder dar y recibir sonrisas y, con ellas, un poco de la energía positiva que nos podemos contagiar unos a otros.

Seguramente, aquel músico consiguió en aquella ocasión muchas más sonrisas además de la mía y espero que alguien más se llevase acompañado de una sonrisa, su sincero: ¡Gracias!

Esther Borrego LInares
(Publicado en la web del Ambito de Investigación y Difusión María Corral, noviembre 2014)




jueves, 22 de octubre de 2015

Una Iglesia sin fronteras

Francisco en estos días nos ha hablado de una Iglesia sin fronteras, madre de todos.

No es la primera vez que el Papa nos pone delante el reto de la acogida, de velar, cuidar a las personas que dejan su tierra en un arriesgado "viaje de la esperanza, con el corazón lleno de deseos y de temores" son muchas, demasiadas, las ocasiones en que se hacen reales los temores y se pierden en el camino los deseos.

En esta ocasión se ha referido a ello en el mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del refugiado, de nuevo nos ha mostrado su preocupación por las situaciones que viven muchas personas en nuestro entorno.

Jesús tiene especial predilección por las personas más vulnerables, por los más débiles y es lo que nos pide reconocer su rostro en aquel que sufre. Son muchas las situaciones que provocan dolor en el mundo actual, muchas personas son víctimas "de nuevas formas de pobreza y esclavitud", como cristianos, como seguidores de Jesús hemos de cuidar a los más frágiles, estar al lado de todo aquel que sufre.

La iglesia, como pueblo de Dios, hemos de ser, como nos recordaba el Papa el día 23 de Septiembre, "madre con el corazón abierto al mundo entero" más allá de diferencias de cualquier tipo hemos de acoger y cuidar a toda persona por el hecho de serlo.

En esta ocasión además, nos habla de que debemos compartir los recursos que tenemos, por el bien común, incluso renunciando "a nuestro propio bienestar", pero no deja de sorprender cuando no sólo nos habla en estos términos sino que afirma con rotundidad que es necesario un cambio en el orden económico y financiero mundial para conseguir un auténtico progreso para todos.

(publicado en Catalunya Cristiana el 5 de octubre de 2015, Esther Borrego Linares)





sábado, 17 de octubre de 2015





Nada te turbe;
Nada te espante;
Todo se pasa;
Dios no se muda,
La paciencia
Todo lo alcanza.
Quién a Dios tiene,
Nada le falta.
Sólo Dios basta.

En esta semana en que se ha clausurado el V Centenario del Nacimiento de Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, o La Santa como es conocida por muchos, en el que hemos podido conocerla un poco más quiero ahora desde este humilde lugar agradecer lo mucho que significó para la Iglesia y actualmente puede aportarnos si profundizamos en su vida y espiritualidad.

Teresa fue una gran mujer de su tiempo, supo "convertirse" con todo su cuerpo, fue novedosa, valiente y atrevida. Recojamos hoy su legado para poder vivir en profundidad este "sólo Dios basta".

Ser conscientes de que podemos descansar desde la confianza de que "todo se pasa" si confiamos en que el amor todo lo puede. 

Vivamos desde el "sólo Dios basta" para alcanzar la plenitud.

Felicidades a todos los que os acerqueis a ella. Y muchas gracias, Teresa.

lunes, 12 de octubre de 2015



Hoy he tenido el regalo de descubrir esta poesía de Teresa, he oído como la declamaban y me ha parecido que debía releerla y compartirla. No la conocía y me ha impregnado cada frase.

Releerla poco a poco, dejandola llenar nuestro ser, es un buen programa, que podemos recordar e intentar vivir.

Un estrofa de las que me ha impresionado dicta así:

Mi lauro esté en el desprecio,
en las penas mi afición,
mi dignidad sea el rincón,
y la soledad mi aprecio.

¡Gracias Angels!