Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

sábado, 19 de marzo de 2016

Por tus ojos buen José,
supo Jesús que Dios era bueno,
y por tus manos, que Dios sabe amar.
Por tus brazos aprendió
que el trabajo es también aventura,
y vocación, la libertad.

DE TU TERNURA, JOSÉ,
YO QUIERO APRENDER.
Y DE TU ARROYO DE PAZ
QUISIERA BEBER.
Y CAMINANDO TUS PASOS
DE FIDELIDAD,
CANTARLES A MIS HERMANOS
TU SUAVE HUMILDAD.

Mucho amaste a tu mujer,
y en tu amor había delicadeza,
y fortaleza de ti recibió.
En tus ojos Jesús vio
que el Dios de Israel era su Padre,
y en tus silencios, le escuchó.

Hoy es San José ese hombre que desde su discreción y saber estar acompañó y posibilitó la venida de Jesús al mundo. Sabemos poco de su vida pero fue carpintero y seguro que pudo compartir con su hijo ratos en el taller, mientras trabajaba con sus manos, creando muebles o cosas sencillas pero necesarias, seguro que en esos ratos pudo ir educando a su hijo y contagiándole valores y actitudes que después él pudo poner en practica.

Como tantos y tantos padres han hecho con sus hijos.

Recuerdo mucho y con inmensa gratitud como mi padre sabía estar con nosotras, compartir ratos y ratos, jugar, hablar, ... Gracias por todo lo que nos diste y por ser como eras, seguro que San José fue un buen modelo, por eso cantamos esta hermosa canción en tu funeral.

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