Mirar el cielo, vivir en esperanza

Hace unos meses pensé que sería bueno ofrecer algún punto de esperanza mediante las redes sociales; publicando algo que pudiera abrir una rendija a mirar un momento arriba, cambian-do de perspectiva y ofreciendo una nueva mirada que podamos extender a otros espacios y mo-mentos. Empecé a publicar una foto diaria del cielo, invitando a mirar el cielo como oportunidad de abrirnos a la esperanza.

Para mí, es una experiencia muy interesante y bene‘iciosa. Ahora, cuando camino, me doy cuenta de que alzo la vista para ver el cielo más a menudo; a veces, en casa o en el trabajo, me acer-co a la ventana a contemplarlo, tomando conciencia de la luz que me da, intentando que me llene y me acompañe en lo que estoy haciendo y sintiendo.

Con el Adviento de este año tan diferente que estamos viviendo y que, seguramente, se alargará, siento que esta es la misión que como personas tenemos en un momento así, más si pensamos que el día 25 celebramos el na-cimiento de un pequeño bebé que nos ofreció la posibilidad de encarnar el amor de Dios en el mundo.

Allí donde estemos presentes, aunque sea virtualmente, debe-mos ser portadores de esperan-za y ofrecer la posibilidad real de abrirse a una nueva manera de vivir el tiempo que tenemos, especialmente para que así poda-mos vivirlo de manera más ligera, conscientes de la importancia de cuidarlo y a la vez disfrutando de todo lo que nos ofrece cada ins-tante.

Anselm Grün decía que «no existe lo que no se puede cambiar. No hay ninguna oscuridad que no se pueda iluminar, ningún fracaso que no se pueda transformar en un nuevo inicio». Si somos capa-ces de mirar a menudo al cielo, nuestro día a día se irá abriendo a vivir con una nueva esperanza que nos ofrecerá una nueva mirada al mundo y al tiempo que vivimos.

(Publicado en Catalunya Cristiana el 20 de Diciembre de 2020)