Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

domingo, 24 de enero de 2021


 ¡Gracias Ennio!


Hace unos días sabíamos de la muerte de Ennio Morricone, autor de diversas bandas sonoras entre ellas la de la inolvidable película “La Misión”.

¿Quién no recuerda la bella escena del padre Gabriel tocando el oboe mientras van agrupándose junto a él un buen grupo de indígenas?

Al oir el sonido del instrumento en manos de aquel hombre, la mayoría se quedan maravillados y olvidando el miedo, la defensa, escuchan con todos los sentidos, de tal forma, que harán que el padre Gabriel se vaya con ellos, le acogen en su casa, triunfa el amor.

Ennio Morricone con su bella música consigue trasladarnos al lugar donde desea que vayamos con cada banda sonora, con cada una de sus piezas.

Como cristianos debemos encontrar las herramientas que, en cada situación, nos acerquen a aquellos que viven en las fronteras, que no encuentran razón para su esperanza y, en muchos casos, para su vida.

La música es un elemento aglutinador, identificador, de comunicación, … lo que nos resuena en el interior es aquello que sentimos al oirla, así cuando suena el tema principal de la Misión todos nos imaginamos al Padre Gabriel tocando rodeado de un buen grupo de indígenas y lo mejor es que somos capaces de sentir aquella paz y aquella gratitud por el momento logrado. 

Después de vivir una situación como aquella difícilmente uno no se siente unido al grupo y quiere protegerlo, sin embargo, hay que ser conscientes de que no todos tenemos capacidad para maravillarnos ante la vida, ante la belleza, … ante la generosidad, … simplemente porque no abrimos nuestro interior a ello. 

Y, entonces, resuenan las palabras del final de la película: "El mundo no es así; nosotros lo hemos hecho así, yo lo he hecho así" para recordarnos que somos responsables del mundo que vivimos, con nuestro actuar en él. 

Ojalá pongamos más música en nuestras relaciones o elementos que nos unan a nuestros contemporáneos.



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