Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

domingo, 10 de abril de 2016



"subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió" (Jn 21)













En estos días que vivimos en que no deja de sobrecogernos el corazón las noticias que nos llegan de muchos lugares del mundo pero de forma muy especial hoy desde la frontera de Grecia con Macedonia, en el campo de refugiados de Idomeni, donde de nuevo se ha empeorado la situación con una nueva actuación sin sentido.

El dolor de cada una de esas personas, no puede dejarnos indiferentes, debe movilizarnos a actuar, a conmovernos profundamente, a estar cerca y a poner toda nuestra persona a su lado.

Al oir estas palabras "la red no se rompió" he pensado en la capacidad que tenemos si todos vamos a una, si navegamos en la misma dirección, si tiramos la red en el lugar y de la forma correcta podremos recoger lo necesario para dar una vida digna a todas y cada una de las personas que lo necesitan, pero para ello hay que navegar en la misma barca y tirar la red en la dirección correcta, con "determinada determinación" de que lo importante es el bien común de todos los presentes.

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