Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

jueves, 14 de junio de 2018

Ceder mi cabalgadura













Esta semana vivimos de nuevo una situación que no somos capaces de acoger para transformar, ante el cierre de los puertos a la entrada del barco Aquarius lleno de personas que han sido rescatadas en el Mediterráneo, gracias a la labor de tantas personas anónimas que trabajan para mejorar en lo que pueden lo que como sociedad no somos capaces de acoger.
Cuando uno ha podido escuchar historias de personas que han pasado por experiencias similares al salir de sus lugares de origen, optando por vivir en otros lugares, aun conscientes de estar solos, de no tener posibilidades de trabajar o de acceder a algunos de los derechos que tienen las personas autonomas, algo tan simple como una documentación.
Por fin, el gobierno español ofreció el puerto de Valencia para la llegada del barco, esto es sin duda una buena noticia, lo primero es mirar lo que sucede, tomar conciencia de ello, acercarse,... compadecerse, así lo hizo el buen samaritano en aquel camino.
Hoy todo esta preparado para recibir a esas 629 personas (creo) y ofrecerles la ayuda de urgencia que requieran, cuidar las heridas visibles, ... pero ¿y después?
El protagonista de la historia después de curar las heridas, lo subió en su cabalgadura, le cedió su espacio, le ofreció un lugar que le obligaba a él a caminar, a una situación menos confortable, para acompañarle a un lugar donde pudieran continuar el proceso, acompañamiento, ... lo necesario para que aquella persona pudiera retomar la vida.
Si, como en aquella historia, la de hoy requiere de muchas ideas, de muchos compromisos, pactos,... pero sobretodo requieres de muchas personas que como ellos seamos capaces de ceder nuestra cabalgadura en favor de otro para entender lo que vive y siente.
¿Estamos dispuestos? ¿A qué? y ¿cuando?

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