Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

jueves, 29 de marzo de 2018

"No os llamo siervos sino amigos"


Aquella noche quiso cenar con sus amigos, con aquellos que le habían seguido y acompañado durante casi tres años. Aquellos que, aún sin entender muchas cosas, recorrieron caminos con él.

Aquella noche celebró una gran fiesta y por ello lo hizo ciñéndose una toalla y lavando los pies de cada uno de sus amigos.

Aquella noche nos dejaría su gran mensaje, su gran testamento vital "amaos los unos a los otros como yo os he amado".

Aquella noche, en aquella cena, en la intimidad del que se sabe rodeado de aquellos que le aman a pesar de todo, les llamó amigos... y con ello les hizo el gran regalo de confirmarles su capacidad y su deber de continuar lo que Él había iniciado.

Sí, a sus amigos, les dono la capacidad de servir desde el amor a aquellos que tenemos cerca.

¿A qué esperamos?

En todo servir y amar, nos dice San Ignacio.

"No está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho..." dirá Santa Teresa.

Y nosotros siglos después aún nos preguntamos ¿Qué quiso decirnos?

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