Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Mirando al cielo

El mes de noviembre empieza con la fiesta de Todos los Santos para continuar con la de los difuntos, son dos días en que a uno le vienen a la memoria y al corazón muchas de las personas que han pasado por nuestra vida y ya no están.

Curiosamente la tradición de visitar el cementerio se ha trasladado del día dos, día de los difuntos, al día uno en que se celebra Todos los santos. Seguramente esto tiene que ver con el hecho de que el día 1 es festivo pero hoy pensaba que es bonito que se haya dado este cambio de forma natural.

Todos tenemos alguien cercano que ya no vive, y que para nosotros fue una persona importante, cercana, de alguna forma imprimió carácter en nosotros, dejó su huella y estos días le tenemos presente.

Seguramente muchas de esas personas fueron santos por su día a día, no serán conocidos, no tendrán un altar en ninguna iglesia pero para cada uno de nosotros existen esas personas a las que pedimos ayuda en momentos de dificultad y sentimos su respuesta. Esas personas que sentimos cercanas aún hoy.

¿No será que para cada uno de nosotros esas personas son las verdaderamente santas?

Me gusta pensar que cuando visitamos a nuestros seres queridos en el cementerio, o les recordamos de manera especial estos días lo hacemos sabiendo cuánta santidad anónima hay en nuestro día a día, en nuestras casas, calles, … en nuestros cementerios.


Un recuerdo agradecido a todas estas personas.


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