Por
tus ojos buen José,
supo
Jesús que Dios era bueno,
y por
tus manos, que Dios sabe amar.
Por
tus brazos aprendió
que el
trabajo es también aventura,
y
vocación, la libertad.
DE TU
TERNURA, JOSÉ,
YO
QUIERO APRENDER.
Y DE
TU ARROYO DE PAZ
QUISIERA
BEBER.
Y
CAMINANDO TUS PASOS
DE
FIDELIDAD,
CANTARLES
A MIS HERMANOS
TU
SUAVE HUMILDAD.
Mucho
amaste a tu mujer,
y en
tu amor había delicadeza,
y
fortaleza de ti recibió.
En tus
ojos Jesús vio
que el
Dios de Israel era su Padre,
y en
tus silencios, le escuchó.
Hoy es San José ese hombre que desde su discreción y saber estar acompañó y posibilitó la venida de Jesús al mundo. Sabemos poco de su vida pero fue carpintero y seguro que pudo compartir con su hijo ratos en el taller, mientras trabajaba con sus manos, creando muebles o cosas sencillas pero necesarias, seguro que en esos ratos pudo ir educando a su hijo y contagiándole valores y actitudes que después él pudo poner en practica.
Como tantos y tantos padres han hecho con sus hijos.
Recuerdo mucho y con inmensa gratitud como mi padre sabía estar con nosotras, compartir ratos y ratos, jugar, hablar, ... Gracias por todo lo que nos diste y por ser como eras, seguro que San José fue un buen modelo, por eso cantamos esta hermosa canción en tu funeral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario