Mirando al cielo
El mes de
noviembre empieza con la fiesta de Todos los Santos para continuar con la de
los difuntos, son dos días en que a uno le vienen a la memoria y al corazón
muchas de las personas que han pasado por nuestra vida y ya no están.
Curiosamente la
tradición de visitar el cementerio se ha trasladado del día dos, día de los
difuntos, al día uno en que se celebra Todos los santos. Seguramente esto tiene
que ver con el hecho de que el día 1 es festivo pero hoy pensaba que es bonito que se haya dado este cambio de forma natural.
Todos tenemos
alguien cercano que ya no vive, y que para nosotros fue una persona importante,
cercana, de alguna forma imprimió carácter en nosotros, dejó su huella y estos
días le tenemos presente.
Seguramente
muchas de esas personas fueron santos por su día a día, no serán conocidos, no
tendrán un altar en ninguna iglesia pero para cada uno de nosotros existen esas
personas a las que pedimos ayuda en momentos de dificultad y sentimos su
respuesta. Esas personas que sentimos cercanas aún hoy.
¿No será que para
cada uno de nosotros esas personas son las verdaderamente santas?
Me gusta pensar
que cuando visitamos a nuestros seres queridos en el cementerio, o les
recordamos de manera especial estos días lo hacemos sabiendo cuánta santidad anónima
hay en nuestro día a día, en nuestras casas, calles, … en nuestros cementerios.
Un recuerdo
agradecido a todas estas personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario