“Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias.
Las caricias de Dios no producen heridas, las caricias de Dios nos dan paz y fuerza, necesitamos las caricias de Dios.” (Papa Francisco)
Sor Genoveva se dejó conmover siempre por todos aquellos con los que se encontró, supo darles las caricias que Dios les ofrecía y fue para ellos esperanza y luz en su caminar.
Gracias por toda la ternura que derramaste a tu alrededor. Por todas las caricias que curaron tantas heridas y sanaron tantos corazones dolidos.
Nos queda una gran labor a continuar y sabemos que no nos faltará tu paz y tu fuerza para ello.
Moltes gràcies per les teves paraules!
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