"subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió" (Jn 21)
En estos días que vivimos en que no deja de sobrecogernos el
corazón las noticias que nos llegan de muchos lugares del mundo pero de forma
muy especial hoy desde la frontera de Grecia con Macedonia, en el campo de
refugiados de Idomeni, donde de nuevo se ha empeorado la situación con una
nueva actuación sin sentido.
El dolor de cada una de esas personas, no puede dejarnos
indiferentes, debe movilizarnos a actuar, a conmovernos profundamente, a estar
cerca y a poner toda nuestra persona a su lado.
Al oir estas palabras "la red no se rompió" he pensado
en la capacidad que tenemos si todos vamos a una, si navegamos en la misma
dirección, si tiramos la red en el lugar y de la forma correcta podremos recoger lo
necesario para dar una vida digna a todas y cada una de las personas que lo
necesitan, pero para ello hay que navegar en la misma barca y tirar la red en
la dirección correcta, con "determinada determinación" de que lo importante es el bien común de todos los presentes.
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