31 de diciembre
El 31 de diciembre es un día que siempre evoca sentimientos
encontrados:
agradecimiento por lo mucho vivido, a la vez que cierta
nostalgia por aquello que uno esperaba y no se dio, ...
alegría por lo compartido y por aquellos con quien lo
compartimos, ... tristeza al pensar en los que ya no están, sea porque su vida
fue tan plena que finalizó o porque la vida ha querido alejarlos de nosotros
(esto entristece mucho también)
responsabilidad por aquello que uno llevo a cabo, si ha
salido según lo esperado pero también si no ha sido así, esa responsabilidad
que pesa en ciertos momentos motiva en otros muchos.
y en algunos momentos hay un sentimiento de esperar que no
se acabe, que sigamos aquí en el 2018 con todo lo que hay, con lo que uno ya
conoce y espera con más o menos certeza, porque ¡cuánto cuesta empezar de
nuevo!
Aunque sea sólo un nuevo año, en el que podemos compartir de
nuevo, conocer y reconocer personas que seguirán pasando por nuestro lado, y
quizás sí llegó el momento de tomar ese café pendiente, reconociéndonos en el
otro y con nuevas páginas a escribir.
Quizás esa es la oportunidad de este día 31 de diciembre,
noche vieja, agradecer y esperar de todo aquello que somos y vivimos,
abriéndonos a nuevas oportunidades.
¿Hacemos el ejercicio?