Andrés Torres Queiruga
Si uno camina por esta vida con los ojos bien abiertos y no sólo esos ojos que ven lo exterior y nos posibilitan descubrir la belleza que nos rodea, que ya es algo muy grande, un gran regalo que hay que valorar y reconocer.
Si además abrimos otros ojos que nos permiten ver aquello que como nos decía el Principito es invisible a los ojos, lo esencial, aquello que nos da la posibilidad de ahondar en lo bello que nos rodea, acercándonos a las personas que tenemos cerca, releyendo nuestra vida y la de nuestra sociedad...
Con esos ojos uno no puede negar que Algo nos sostiene, Algo nos acompaña en este caminar y en muchos momentos nos empuja a continuar haciéndolo.
Si miramos la profundidad en los ojos del otro descubrimos su propia hondura y nos acerca a la nuestra, dos inmensidades que podemos crecer juntos si nos descubrimos el uno al otro.
Mirémonos a los ojos y descubriremos lo mejor de lo que somos los unos y los otros.