“Sólo amor es el que da valor a todas las cosas;
y que sea tan grande que ninguna le estorbe a amar, es lo más necesario”. 

En cuantas ocasiones vemos clara esta expresión en nuestra vida, en todo aquello que vivimos y somos conscientes en nuestra propia historia de las veces en que ha sido el amor el que ha permitido cambiar determinadas circunstancias. 

Pero Teresa esta vez también va más allá, además de recordarnso que lo unico que tiene valor es el amor, nos dice es tan grande y necesario que no podemos no hacerlo.

Todo lo que hacemos por bueno que sea no tendrá el valor de aquello que se hace desde el amor.

“mostrándome mucho amor, a manera de quererme consolar, me dijo: Espera un poco, hija, y verás grandes cosas”

Stj, F 1,8 



"La paciencia todo lo alcanza" también nos dice Teresa en otro momento.

En ciertos momentos necesitaríamos la certeza de que lo que vivimos pasará y vendrán momentos mejores en los que veremos de nuevo el sentido a lo que sucede, pero no siempre es así.

Quizás la clave esté en esta certeza de que "espera un poco, hija, y verás grandes cosas", esperar y confiar en aquel que tanto nos ama.

"...pasan presto, como una ola, algunas tempestades y tornan bonanza" nos dice la Santa que bien sabía en propia piel lo que esto suponía, supo ella permanecer constante y perseverante muy a pesar de todo lo que sufrió.

Quizás son muchas las veces que deberíamos recordar esta frase en momentos en que nos parece que la tempestad no marchará y el gris del cielo no nos permite ver el rayo de luz que asoma, haciendonos presente la esperanza de una gran calma y "bonanza".

“Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.

De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.

Fuiste por amor criada
hermosa, bella, y así
en mis entrañas pintada,
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí

Que yo sé que te hallarás

en mi pecho retratada,

y tan al vivo sacada,

que si te ves te holgarás,

viéndote tan bien pintada.

Y si acaso no supieres

dónde me hallarás a Mí,

No andes de aquí para allí,

sino, si hallarme quisieres,

a Mí buscarme has en ti.

Porque tú eres mi aposento,

eres mi casa y mi morada,

y así llamo en cualquier tiempo,

si hallo en tu pensamiento

estar la puerta

Fuera de ti no hay buscarme,

porque para hallarme a Mí,

bastará sólo llamarme,

que a ti iré sin tardarme

y a Mí buscarme has en ti.”